2º Capitulo

Alex cae rendida en el sillón. No hay nadie en casa. Sus padres no se han preocupado en llamarla para avisarla que no estarían en casa.
Alex cambia de posición. Se lleva la mano al estómago,tiene hambre.
Su cuerpo la lleva automaticamente hasta la cocina. No hay ninguna nota,ninguna indicación de que haya comida para calentar.
Alex abre el frigorífico en busca de comida,encuentra las sobras de la noche pasada. Las calienta en el microondas.

- Que aproveche - Se dice así misma Alex llevándose a la boca el primer trozo de comida.

Aunque Alex estaba acostumbrada a la soledad de su casa,soñaba con que los cuatros comieran en familia de nuevo,pero eso era imposible. Ángela ya no estaba. Su hermana pequeña no volvería jamás,ya no había mas peleas por el mando de la televisión,no mas cumpleaños juntas...Alex da otro bocado a la comida abatida por la nostalgia.Y sus padres,ellos decían que lo habían superado.Alex quería pensar que la forma de sobrellevar la perdida de su hija pequeña,de sus padres,era comportarse como unos adolescentes,montando fiestas con sus amigos hasta altas horas de la madrugada,viajando siempre de un sitio a otro...
Alex no termina de comerse todo el plato. 
Sube las escaleras hasta la segunda planta,pasa sin detenerse por la puerta de la habitación de Ángela y la de sus padres,y sube por la escalera de caracol hasta la pequeña guardilla que se había combertido en su refugio.


En casa de Paola:

-¡Paola ha comer! - Se madre le avisa. Paola termina de recoger su habitación. Apaga la radio y baja las escaleras hasta la cocina.
Sus padres ya la esperan sentados en sus respectivos sitios. Paola se sienta en su silla y enciende la televisón.
La mujer de las noticias anuncia las nuevas selecciones,y el terremoto de una ciudad.

- Paola,¿y medico? - Le pregunta su madre partiendo la comida. Paola la mira preocupada,no quiere volver hablar del futuro.

- No lo sé - le responde finalmente. Su madre no parece muy convencida por la respuesta de su hija.

-Piensa lo bien,un buen empleo,cobras bien y tienes la sastifación de ayudar a los demás - Parece que su madre esta dispuesta hacer todo lo que sea para que su hija sea médico. Paola la mira.

- Mama,no se si quiero ser médico - Le responde como tantas veces Paola - Por una lado si me gustaría,pero creo que no es lo que realmente quiero hacer-.
Su madre mira a su marido,que esta inverso en las noticias de deportes.

-Paola,tu aún no puedes saber lo que quieres realmente - Le responde su madre llevándose un trozo de carne a la boca. Paola no puede creer lo que ha escuchado,pero prefiere no decir nada,sabe que con su madre es imposible razonar cuando algo se le mete entre ceja y ceja,al igual que ella. Prefiere dejar aquella conversación para otro día,pero lo que no sabe Paola,es que ese día llegara antes de lo que ella preferiría.


En la otra punta del país:


Leo había terminado de comer hacia un rato. Estaba sentado a la sombra en un banco del parque del barrio. Hacia calor. Leo se aparta el pelo aclarado por el sol de la cara,se estaba dejando el pelo largo para poder ocultar la pequeña cicatriz que poseía en la parte derecha de la frente. Era casi imposible verla,pero para Leo,era lo suficiente visible para recordarle una etapa de su vida,que el daba por terminada. Aquella cicatriz había sido causa de un disputa entre sus amigos y un grupo de chicos algo mas mayores que ellos. ¿El motivo?,nunca había motivo para empezar una pelea para ellos.
Entonces fue cuando Leo descubrió la música,le ayudo ha encontrarse consigo mismo,y con Marcos y Bruno. Ellos si que eran buenos amigos.
Leo saca del bolsillo del vaquero corto el móvil,y marca el numero de Marcos,en seguida sonó el contestador. Habitual en el,siempre con el móvil apagado,seguro que aun seguía durmiendo después de la fiesta de anoche.
Leo sonríe al recordar la fiesta de la pasada noche. Se levanta del banco y empieza ha subir la calle hasta la casa de Bruno. Por lo menos el,estará despierto.